24/10/12

Momentos

Hace dos días, mientras esperaba sentada un medio de transporte, pensaba en varias situaciones que me han mantenido preocupada las ultimas dos semanas; de repente una dulce voz irrumpió la batalla de mi mente, al girar mi vista, ahí estaba, una linda sonrisa, unos ojitos que brillaban como estrellitas de verano.
¿Me ayudas? me dijo, su estatura de menos de un metro le impedía alcanzar el fruto de un arbusto; con su dulce voz dijo gracias, con su sonrisa alegro mi corazón y la batalla de mi mente se torno insignificante.
Esos pequeños detalles de la vida que hacen grandes cosas solo pueden guardarse en el corazón y en la mente, no se compran ya que simplemente no tienen precio.

3 comentarios:

  1. Hay regalos de la vida así, que llenan el alma...

    Saludos hasta allá, Silvia.

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