Un amor que nació en la inocencia, María Zelaya y Jesús Zavala.
Él mandó un recado, ella atendió al llamado y tal y como decía la cita lo espero en el río sentada en una piedra. Impaciente por ver asomar su galán, jugueteaba con sus pies descalzos en el agua, cuidadosa de no ser vista por nadie para que su mama no se enterara que andaba revoloteando en amores.
Con un notable temblor en las piernas Jesús se aproxima, el temor y la inocencia afloran, se saludan, se ven a los ojos, es su primer encuentro amoroso.... de repente, a lo lejos se escuchan voces que se aproximan rápidamente, -¡Dios mio!- exclamo María, -Escondete Jesús, si me ven con vos me mata mi mama-. Jesús no lo piensa dos veces y se sumerge al río para no ser descubiertos. Cuando asoman de repente la Isabel y la Nicolasa, inmediatamente ven a la María, la Isabel pregunta -¿cipota y vos que haces sola en el río?, pasá vamos que ya es tarde, una cipota como vos no puede andar sola a estas horas de la tarde.
La María no tuvo más que agarrar camino con aquellas cacatuas que no hacían más que hablar y reír, mientras el pobre Jesús a punto de convertirse en chimbolo, saltó del agua morado y temblando de frío, sin el primer beso de su María en los labios y con la ropa mojada.
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| Río San Simón, Mercedes Umaña, Usulután, El Salvador, testigo del amor de La María y Jesús. |
