Por la noche saltó, saltó y fue feliz por todo el patio, a la mañana siguiente despertó, se sentía preso, al abrir sus ojos descubrió que muchos lo veían con gran curiosidad, he aquí el pobre sapito que de tanto saltar a una jaula vieja fue a dar.
Unos emplumados lo veían e intentaban entrar a la jaula, muerto de miedo ensancho su pecho y espalda para preparar su defensa... la jaula estaba abierta, pero turbado no vio la salida.
suele pasar quedar presos de la propia libertad por falta del valor para vivir...
ResponderEliminarsaludos querida Silvia
Saludos para ti Abuela, se te aprecia mucho.
ResponderEliminardejo mis saludos querida amiga...
ResponderEliminarque sucede con la creatividad de la autora? todos estamos en espera de ver tu trabajo, saludos querida amiga
ResponderEliminarUna etapa triste opaco mis pensamientos por un momento. Ahora estoy mejor y lista para seguir. Te envío un fuerte abrazo.
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ResponderEliminarLo que nos salva puede estar tan cerca...
ResponderEliminarSaludo enorme, Silvia.
Así es mi Luna amiga, muchas veces no logramos verlo.
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