solo un cuento?

Erase un lugar, muy muy cercano. Donde todo podía pasar. Un dragón de tres cabezas y cientos de brazos, asechaba contra la vulnerabilidad e inocencia de los súbditos. Cada cabeza dirigía su ejercito de brazo. Una de ellas castigaba a los que desobedecían los designios del "gran pergamino" y los encerraba para un eterno castigo; muchas veces, los que desobedecían le regalaban muchas monedas doradas al dragón y eran perdonados del castigo del calabozo. La segunda cabeza, comandaba el pergamino, mandaba que se escribiese en las reglas que regían las relaciones entre los "sabios corruptos" y los súbditos desprotegidos; además, levantaba y levantaba una y otra vez los brazos, en señal de aprobación de las nuevas letras y símbolos del pergamino; esta cabeza era tan torpe que muchas veces se quedaba dormida, los brazos se volvían locos y se alzaban sin razón ¡pobre pergamino!... La tercera cabeza, era tan divertida... se creía la amiga de todos los súbditos y los "sabios corruptos" pero nadie le creía.  

El pueblo, vivía el martirio de servir y servir, y sin nada a cambio recibir; trabajaba y trabajada pero nunca prosperaba. A la calle salía, sin saber si volvería; pues el peligro del depredador social le perseguía.

En este lugar, el mas fuerte su voluntad imponía, y los de abajo la injusticia sufrían. A nadie le importaba el sufrimiento del desvalido. Nadie escuchaba el llanto del más sensible, del que nunca se escucha la vos, del que era asechado por la depravación de los deseos mas bajos.

Las noches terminaban con sollozos de muerte, con cantos de estómagos vacíos, con lagrimas del cielo cayendo sobre la tierra que traería muerte. 

En ese lugar, no llegaba el final feliz de los cuentos; siempre la historia regresaba y era escrita nuevamente con nuevos capítulos donde pasaba lo mismo una y otra vez.

y así,termina este cuento -sin final- siempre en el mismo renglón. Se me hace tan parecido al lugar donde vivo, claro, sin dragones, súbditos y "sabios corruptos"...

Ojala y la realidad fuera solo un cuento mal contado...